Revista 3



Acerca de la Revista

Año: 2021

Volumen: 134

Editorial: AMA

TEMAS:

1) Nota de Tapa: Hospital General de Agudos “Dr. Teodoro Álvarez”- (1818 - 1889)

2) Actualización: Rol del ginecólogo y el obstetra en la atención primaria de la salud en la mujer

3) Actualización: Deporte, educación y salud

4) Artículo Original

5) Historia de la Medicina

6) Historia de la Medicina

7) Comentario de Libro

8) Reglamento de publicación

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Hospital General de Agudos “Dr. Teodoro Álvarez”

(1818 - 1889)

Asociación Médica Argentina

 

 

En la calle Dr. Juan Felipe Aranguren 2701, en el barrio de Flores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se encuentra el Hospital Dr. Teodoro Álvarez. Su fundación se remonta a enero de 1897, cuando el Director General de la Asistencia Pública, el Dr. Telémaco Susini, inauguró el entonces Hospital Vecinal de Flores, en un inmueble en la calle San Pedrito 43. Se designó como Director Médico al Dr. Arturo Balbastro, quien, luego de su fallecimiento, fue sucedido por el Dr. Juan Felipe Aranguren (también médico del Asilo Naval y presidente del Consejo Escolar N° XII). Desde su creación, el hospital recibió la generosa colaboración de los vecinos. Contaba con dos salas de internación, un consultorio odontológico y un consultorio externo, y allí se atendían partos y emergencias domiciliarias y también se vacunaba. La creciente demanda y la necesidad de una cochera para el coche ambulancia motivó el traslado a la calle Camacuá 68 (en el año 1900) y, posteriormente, al solar que actualmente ocupa, entre las calles San Eduardo, Bolivia, Condarco y Morón. Se agregó más tarde una manzana circundada por las calles Morón, Condarco, Terrada, y San Eduardo (que, a partir de 1951, pasó a denominarse Dr. Juan F. Aranguren).

 

 

 

 

El 17 de junio de 1901, mediante una ordenanza del Concejo Deliberante, la institución cambió su nombre al de Hospital Dr. Teodoro Álvarez, en homenaje al brillante cirujano argentino. Con constantes modernizaciones edilicias, en 1910 tenía una capacidad de trescientas camas, y contaba con un dispensario de protección de la infancia (llamado Gota de Leche, y cuya función era prevenir la desnutrición infantil). En 1917 se inauguró el servicio de Radiología.

 

Con una creciente capacidad asistencial, acorde al desarrollo de la zona, en 1930 se creó la Asociación de Médicos y en 1933 la Asociación Cooperadora. En 1962 inició sus actividades la Unidad Docente Hospitalaria, dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. En el año 2015, se inauguró en la Guardia la atención para pacientes drogadependientes, que atendía también estrés posraumático y violencia familiar, en el pabellón para traslado de Urgencias, que contaba con conexión a los quirófanos y a la Unidad de Terapia Intensiva. Orgullo del barrio de Flores, se destaca al día de hoy por la excelencia en docencia, investigación y asistencia.

 

 

 

 

Actualmente lleva el nombre del Dr. Teodoro Álvarez, eximio profesional nacido en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1818. Inicialmente cursó estudios de Derecho Canónico, en los que se doctoró en 1839 con la tesis “Sobre la competencia de la autoridad pontificia y de los concilios” (Facultad de Teología y Derecho Canónico, Universidad de Buenos Aires). Más tarde emprendió la carrera de Medicina, en la que se doctoró en 1843. Se especializó en Cirugía, rama en la que gozó de gran prestigio por sus habilidades técnicas. Es recordado por la talla vesical, mediante la que le extrajo un cálculo de importantes dimensiones a Juan Manuel de Rosas, y por la cirugía de un aneurisma efectuada al general Emilio Mitre. Fue Profesor Titular de Nosografía Quirúrgica y Jefe de Cirugía en el Hospital General de Hombres entre 1843-1852, fecha en la que pasó al Hospital de Mujeres, donde además dirigió los Servicios de Cirugía, Partos y Dermatosifilografía hasta 1875, cuando renunció a su cátedra. Perteneció a la Orden Tercera de San Francisco. Falleció en Buenos Aires el 25 de agosto de 1889.

 

 

Prof Dra Inés Bores Expresidente de la Sociedad Argentina de Historia de la Medicina, AMA.

Prof Dra Amalia Bores Expresidente de la Sociedad Argentina de Historia de la Medicina, AMA.

Correo electrónico: inesbores1@gmail.com

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ACTUALIZACIÓN

Rol del ginecólogo y el obstetra en la atención primaria de la salud en la mujer

 

 

Dres Silvio A Tatti, Roberto I Keklikian, Alejandro Soderini, José A Pellegrino

Comité de Ginecología y Obstetricia, Asociación Médica Argentina. Hospital de Clínicas “José de San Martín”, Departamento de Ginecología y Obstetricia. Cátedras de Ginecología y Obstetricia, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

 

 

Resumen

Se pone de manifiesto el rol del ginecólogo y el obstetra en la atención primaria de la salud de la mujer. Se hace hincapié en la educación de estos especialistas en esta área de la salud pública desde el inicio de su formación. Se detallan las principales acciones que se realizan en la consulta ginecológica y obstétrica, de tipo preventivas y de detección precoz de enfermedades de la mujer y del binomio madre-hijo.

Palabras claves. Educación médica, ginecólogo, obstetra, toco-ginecólogo, enfermedades de la mujer, atención primaria de la salud, salud pública.

 

 

Role of the gynecologist and obstetrician in women’s primary health care

 

 

Summary

The role of the gynecologist and obstetrician in primary health care for women is highlighted. Emphasis is placed on the education of these specialists in this area of public health from the beginning of their training. The main preventive actions carried out in the gynecological and obstetric consultation are detailed, as well as for the early detection of diseases in women and in the mother-child binomial.

Key words. Medical education, gynecologist, obstetrician, obstetrician gynecologist, women’s diseases, primary health care, public health.

 

 

El concepto de Atención Primaria de la Salud (APS) está presente en la mentalidad del médico especialista en Obstetricia y/o Ginecología –desde el inicio de su formación– en nuestro país. La población femenina, en una significativa cantidad de casos, experimenta su primer contacto con el cuidado de su salud en la primera consulta con el ginecólogo o el obstetra. Por ello, el médico especialista en Ginecología y Obstetricia se encuentra muy familiarizado con este enfoque en la atención de sus pacientes.

 

 

Definición y objetivos de la Atención Primaria de la Salud

El concepto de APS se relaciona con el diagnóstico temprano de las enfermedades que pueden afectar a la mujer en sus distintas etapas del desarrollo anatómico y funcional, sea este el período de la infancia, la adolescencia, la vida adulta o en el climaterio. Con este enfoque se pretende que el médico realice una serie de actividades que permitan transformar conductas o malos hábitos por parte del paciente, y evitar así conductas de riesgos para su salud. Así que en la APS, el médico no es solo un agente primario de curación, sino que se transforma en un agente de prevención de enfermedades a través de su actitud docente en la relación médico-paciente.

 

 

Esta característica de priorizar la APS en el mundo tiene como objetivo poder llegar a la mayor cantidad de personas, especialmente a aquellas que no pueden contar con recursos económicos suficientes y no pueden acceder a una mí nima y segura atención en el cuidado de su salud. Definimos la Atención Primaria como “el cuidado esencial de la salud basado en métodos prácticos, científicamente sólidos y socialmente aceptables con tecnología universalmente accesible para los individuos y sus familias a través de su participación y a un costo tal que la comunidad y el país puedan acceder”. La OMS agrega que es directa responsabilidad de los gobiernos que este particular cuidado de la salud llegue a toda la población en forma eficiente y equitativa.

 

 

El sistema de salud de nuestro país cuenta con una historia en su desarrollo en la que siempre el Estado tuvo el objetivo de que la salud llegue a todas las personas que habitan en el territorio argentino, especialmente a la población de bajos recursos. Esto se instauró a través de una red de atención integrada por camas de los hospitales públicos nacionales, provinciales y municipales, integrada a un listado de camas ofrecidas por las obras sociales sindicales, enlazadas con la red privada, representadas por el sistema de salud conocido como sistema de prepagos. Es por esto que este concepto en la salud oública en la Argentina es muy bien reconocido. Nuestro sistema de salud público ha incorporado distintos niveles de atención para hacer un uso racional de los recursos de salud. Así se crearon los consultorios periféricos, conocidos popularmente como “salitas”, ubicados en el interior de las comunidades. Esto permitió a los hospitales convertirse en un lugar de atención secundaria, que permite derivar allí a los pacientes cuando la patología es de alta complejidad.

 

 

Educación médica del ginecólogo y el obstetra

Tradicionalmente, en especial en la Ginecología, la mayor parte de la formación está orientada a entrenar las habilidades quirúrgicas. La formación se orienta a que puedan solucionarse quirúrgicamente los problemas de incontinencia urinaria, la presencia de miomas, la extirpación de otros tumores benignos y malignos, etc. En el caso de la especialidad de Obstetricia, a pesar de que los actos docentes están orientados a la formación quirúrgica, un alto porcentaje se destina al tratamiento de enfermedades clínicas, como el tratamiento de la diabetes gestacional, la hipertensión inducida por el embarazo, entre otras afecciones clínicas no ginecológicas.

 

 

Es por esto que el residente en Obstetricia está más familiarizado con el tratamiento farmacológico que el residente de Ginecología. En el siglo XXI, al incorporarse los conocimientos sobre epigenética y fortalecerse aquellos sobre ambiente y nutrición, el obstetra se convierte en el agente de prevención de enfermedades crónicas no transmisibles que el niño por nacer podrá padecer o no, a lo largo de su vida posterior y aún hasta la vejez. Modelos como DOHaD (Developmental Origins of Health and Disease) han tomado suma relevancia práctica. El gráfico muestra el modelo de “los Primeros 1000 días” de los profesores Keklikian, Bertín y Elizalde-Cremonte y colaboradores, donde desde distintas universidades públicas argentinas se postula un cambio de paradigma en la atención obstétrica (Figura 1).

 

 

 

 

El concepto de APS genera un desafío al cuerpo docente encargado de la formación de las nuevas camadas de especialistas en Obstetricia y/o Ginecología. Los autores de este artículo consideramos que es de utilidad incluir en la formación del especialista en toco-ginecología una rotación por Medicina Interna.

 

 

Acciones para realizar en la consulta ginecológica En relación con el estudio integral de la mujer no embarazada, debemos agregar a nuestra práctica cotidiana ginecológica algunos aspectos como los siguientes:

• IMC: peso / altura2 (19 a 24). Diámetro de cintura (80 cm).

• Toma de presión arterial y pulsos. • Examen abdominal, colónico y anal.

• Examen de miembros inferiores (várices).

• Examen dermatológico.

• Examen de columna y postura.

 

También la solicitud de los estudios respectivos a tal efecto. Por lo tanto, debemos tomar conductas preventivas y de detección precoz. Definimos como prevención a aquellas medidas que se toman, tendientes a que un evento no ocurra. La OMS define los siguientes niveles de prevención:

• La prevención primaria: evita la adquisición de la enfermedad (vacunación antitetánica, eliminación y control de riesgos ambientales, educación sanitaria, etc.). Previene la enfermedad o daño en personas sanas.

• La prevención secundaria: va encaminada a detectar la enfermedad en estadios tempranos en los que el establecimiento de medidas adecuadas busca impedir su progresión.

• La prevención terciaria: comprende aquellas medidas dirigidas al tratamiento y a la rehabilitación de una enfermedad para ralentizar su progresión y, con ello, la aparición o el agravamiento de complicaciones y procesos invalidantes, intentando mejorar la calidad de vida de los pacientes.

• Se habla, en ocasiones, de prevención cuaternaria, que tiene que ver con las recaídas.

 

 

Por lo tanto, como ginecólogos debemos realizar una exhaustiva anamnesis, exámenes físico y ginecológico, realizar pruebas de detección precoz del cáncer de mama y cervical, recomendar la vacuna contra el VPH, y agregar a nuestra práctica cotidiana: IMC: peso / altura2 (19 a 24); diámetro de cintura (80 cm); toma de presión arterial y pulsos; examen abdominal, colónico y anal; examen de miembros inferiores (várices); examen dermatológico; examen de columna y postura, como así también la solicitud de los estudios respectivos a tal efecto (por ej. colonoscopía a partir de los 50 años, Rx tórax, análisis clínicos).

 

 

Acciones para realizar en la consulta obstétrica

En grupos poblacionales con bajos recursos económicos es frecuente que la primera consulta médica sea la consulta con el obstetra. En estos casos, el obstetra será el encargado de la APS de la embarazada. En el siglo XXI el concepto de “experto en la mecánica de los partos” sigue vigente, pero es tan solo una parte de los conocimientos y acciones que el obstetra debe poseer y realizar. Los clásicos controles de la “Cartilla de Control Prenatal” de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y las “Guías de Control del Embarazo Normal” hacen que sea ineludible en toda consulta de una embarazada determinar edad gestacional, tensión arterial, peso, altura uterina y auscultación de latidos fetales, además de los controles y estudios de rutina. Esto en la actualidad es solo una “parte” de la atención integral y corresponde a un enfoque perinatal holístico que toda embarazada debería recibir. Los embarazos de alto riesgo ya no admiten obstetras sin una significativa formación clínica, que antes era reemplazable por la interconsulta con el especialista en medicina interna.

 

 

El obstetra, en estos casos, hace medicina materno fetal, es decir, evalúa y trata no a una paciente sino a dos: el binomio madre-hijo, dos pacientes que son afectados en forma disímil por distintas patologías y factores de riesgo. Por lo tanto es necesario que el obstetra y el médico internista trabajen juntos frente a eventuales patologías, aportando cada uno su experiencia. Asimismo, comienza a reconocerse la importancia de la nutrición materno-fetal y neonatal, y de los factores ambientales físicos, químicos y biológicos. Además, los factores psicológicos se estudian dentro de la “Biología de la creencia” que desarrollara Bruce Lipton (n.1944), biólogo celular estadounidense. Se nos muestra que un parto respetado, con el menor estrés para la madre y un ambiente agradable para el binomio madre-hijo, su familia e incluso los profesionales que los asistimos (que somos también en última instancia el “ambiente más cercano que los rodea”), se traduce en mejores resultados perinatales, en mejor salud y en un mayor desarrollo neurocognitivo en la vida futura del niño por nacer.

 

 

Actualmente se sabe que, por un lado, el cortisol materno elevado, con sus efectos nocivos sobre el desarrollo neuronal fetal, y por el otro, la longitud de los telómeros de los cromosomas (vinculada con la mayor o menor expectativa de vida futura) pueden mejorarse si la mujer se embaraza con un apropiado índice de masa corporal y logra dar lactancia materna exclusiva en los primeros días de vida, al igual que otros conceptos y acciones beneficiosas que ginecólogos y obstetras siempre pregonamos. Hoy sabemos con precisión cuál es su fisiopatología y tenemos una mayor certeza y convicción para ofrecer a las pacientes una mejor calidad de vida. El conocimiento científico, tanto en medicina como en toco-ginecología, progresa cada vez de manera más acelerada. Por ello, es necesario que un toco-ginecólogo estudie permanentemente, y así pueda sumar su experiencia y creatividad, brindando una medicina de alta calidad y mayor seguridad, en estos tiempos de avances tan vertiginosos.

 

 

Conclusión

La ley 23.660, con su resolución 247, modificada en 1998 determina que el médico especialista en Ginecología y/o Obstetricia en la República Argentina debe cuidar la atención primaria de la salud femenina. Esto obliga a que en la formación médica el especialista no solo deba centrarse en prevenir y/o detectar patologías vinculadas con el tracto ginecológico de la mujer, sino que debe además ampliar sus conocimientos médicos en patologías que pueden afectar otras áreas de su salud. En general las patologías no ginecológicas a las que debe prestar más atención el médico toco-ginecólogo están vinculadas con las enfermedades cardiovasculares. Sabemos que la hipertensión arterial, la obesidad, el sedentarismo y los trastornos en los lípidos son factores coadyuvantes que comprometen la salud cardiovascular de las pacientes. A través de una apropiada Atención Primaria de la Salud se logran disminuir estos riesgos, respecto de los que el toco-ginecólogo, con actitud docente, asume tareas de educación, promoción y protección de la salud integral de la mujer y su familia.

 

 

Aclaración. En la Asociación Médica Argentina se creó el “Comité de Ginecología y Obstetricia”, y se invita a los profesionales de la salud a adherirse.

Agradecimientos. Al Dr. Ricardo Losardo por su iniciativa e impulso para la creación del Comité de Ginecología y Obstetricia en la AMA y por los aportes realizados en este trabajo.

 

 

 

Bibliografía

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• Arrighi AA. Menopausia: ¿Cómo? ¿Por qué? Revista Asociación Médica Argentina. 2013;126(1):28-32.

• Bompadre MC. Postmenopausia: relación de las alteraciones del ritmo circadiano del cortisol en la hipertensión arterial. Revista Asociación Médica Argentina. 2011;124(1):11-28.

• Falke GO, Pellegrino, JA. Salud integral del joven y del adolescente. Medicina preventiva y social. Revista Asociación Médica Argentina. 2020;133(4):24-9.

• Hellman LM, Pritchard JA. Obstetricia de Williams. Editorial Salvat, México 1973.

• Hurtado-Hoyo E, Losardo RJ, Bianchi RI. Salud plena e integral: un concepto más amplio de salud. Revista Asociación Médica Argentina. 2021;134(1):18-25.

• Keklikian RI, Coronel AV. Microbioma y epigenética en Perinatología. 1000 días que pueden cambiar destinos. Clínicas Perinatológicas Argentinas. Ed. ASAPER 2018:143.

• Novak ER, Seegar-Jones G, Jones HW. Tratado de ginecología. Editorial Interamericana, México 1971;8° edición.

• Pellegrino JA, Tatti S, Falke G, Mercau C. El médico generalista en la consulta casual con el paciente adolescente. Revista Asociación Médica Argentina. 2020;133(2):13-6.

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• Rodríguez-Herrera R, Losardo RJ. Historia de la seguridad del paciente. Hitos principales, desde los albores de la civilización hasta los primeros retos globales y el estudio IBEAS. Revista Asociación Médica Argentina. 2018;131(4):25-30.

• Soderini A. La ginecología oncológica como especialidad de segundo nivel. Manual eBook de Ginecología. Ed. Ascune 2020; Cap.1.

• Valente S, Pellegrino JA, Tatti S. Sexualidad y salud sexual. Revista Asociación Médica Argentina. 2021;134(2):9-14.

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ACTUALIZACIÓN

Deporte, educación y salud

 

 

Dres Walter Adrián Desiderio,1 Ricardo Jorge Losardo,2 Carolina Bortolazzo,3 José Antonio van Tooren,4 Elías Hurtado Hoyo5

1 Profesor Titular de Cirugía, UBA. Jefe del Departamento de Cirugía del Hospital Durand. Presidente del Comité de Deporte y Salud de la Asociación Médica Argentina (CODESAMA). 2 Magíster en Salud Pública (USAL). Profesor Titular, Facultad de Medicina, Universidad del Salvador (USAL). Exvicepresidente del Club Ciudad de Buenos Aires. 3 Médica Deportóloga y Pediatra. Miembro del Comité de Deporte y Salud de la Asociación Médica Argentina (CODESAMA). 4 Licenciado en Educación. Docente de niveles primario y secundario, Colegio Balmoral. Banfield, Provincia de Buenos Aires. 5 Presidente de Honor de la Asociación Médica Argentina (AMA). Miembro Asociado Extranjero de la Academia Francesa de Medicina.

 

 

Resumen

Se destaca la importancia de la actividad física, recreativa o deportiva, y la relación con la educación y la salud. Se describen las motivaciones para realizarla, las recomendaciones para concretar un ejercicio saludable y los riesgos factibles que genera la ausencia de actividad física, como así también los beneficios que se logran con ella. Se resalta su gran influencia en los grupos sociales vulnerables, en los que el deporte se transforma en un modelo educativo de socialización. Se jerarquiza el rol de la actividad física en todos los niveles de la atención primaria de la salud, tanto en la prevención de las enfermedades, como también en el tratamiento médico auxiliar o complementario y en la rehabilitación.

Palabras claves. Actividad física, ejercicio físico, deporte, educación, salud, calidad de vida.

 

 

Sports, education and health

 

 

Summary

The importance of physical, recreational or sports activity, and the relationship with education and health are highlighted. The motivations to carry it out, the recommendations to specify a healthy exercise, and the feasible risks generated by the absence of physical activity as well as the benefits that are achieved with it are described. Its great influence on vulnerable social groups is highlighted, in which the sport is transformed into an educational model of socialization. The role of physical activity is prioritized at all levels of primary health care, both in the prevention of diseases, as well as in auxiliary or complementary medical treatment and rehabilitation.

Key words. Physical activity, physical exercise, sports, education, health, quality of life.

 

 

 

La salud es un estado de equilibrio de bienestar físico, psíquico, espiritual, social y ambiental, no solo la ausencia de la enfermedad. Está relacionada con el estilo de vida de cada individuo y la organización de la comunidad en la que vive. Existen varias circunstancias que, sincronizadas y actuando en conjunto, permiten alcanzar la salud en una población determinada. En este trabajo, por medio de distintos aportes, se revaloran la actividad física recreativa y la deportiva, componentes fundamentales en los procesos de educación y de salud en la sociedad.

 

 

La salud y la actividad física como derecho fundamental

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció, en 1948, un principio fundamental: “El goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política, condición económica o social”. La salud como derecho individual actúa además de manera colectiva, ya que se desplaza de la esfera individual a la órbita del bienestar general de la comunidad. En el libro La persona humana, el Padre Ismael Quiles S.J. (1906-1993) manifiesta que “en toda actividad humana, y especialmente en la actividad física, existen siete niveles a considerar: físico, químico, biológico, psicológico, social, ético, moral y espiritual”.

 

 

La actividad física no solo permite alcanzar un derecho humano como es la salud, sino que actúa, además, como un factor de prevención de enfermedades que atentan contra ese derecho. Se instala como una de las tareas conjuntas entre los equipos de salud y la sociedad. Por otra parte, la práctica de una actividad física –recreativa o deportiva– es también un derecho humano y es considerada en sí misma como una actividad saludable. Mejora diversos aspectos o condiciones: físicos, psicológicos y sociales. Además, permite desarrollar hábitos saludables e incrementa la calidad de vida del individuo y de la comunidad.

 

 

La motivación para realizar la actividad física

¿Cuál es la motivación en la conducta humana para realizar una actividad física determinada? El psicólogo Abraham Maslow (1908-1970) presentó una teoría esquematizada en una pirámide, que trata de explicar ese fenómeno (Figura 1). La pirámide consta de cinco niveles ordenados jerárquicamente según las necesidades humanas que atraviesan todas las personas. La pirámide quedó identificada con el nombre de su autor, que, en la primera mitad del siglo XX, formuló su obra Una teoría sobre la motivación humana (A Theory of Human Motivation), que constituye una de las teorías de motivación más conocidas sobre este tema. La teoría de la pirámide de Maslow explica de forma visual el comportamiento humano según las necesidades.

 

 

En la base de la pirámide aparecen nuestras necesidades fisiológicas, aquellas que todos los humanos precisamos cubrir en primera instancia. Una vez cubiertas estas condiciones, buscamos satisfacer otras inmediatamente superiores; pero no se puede acceder a un escalón superior si no hemos cubierto antes los inferiores, o, lo que es lo mismo, a medida que vamos satisfaciendo nuestras exigencias más básicas, desarrollamos otras necesidades y deseos más elevados.

 

 

Tipos de actividad física

Se considera actividad física a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. El ejercicio físico cubre los siete niveles de la actividad humana señalados anteriormente por Quiles. Se describen tres variantes de actividad física. La actividad física recreativa, realizada de manera voluntaria y en los tiempos libres, genera placer y alegría. Es importante en estos casos la elección del tipo de actividad, sobre la base de los deseos de las personas. La American Academy of Pediatrics (AAP) insta a incluir a los niños en deportes organizados no por su destreza sino por la diversión, y ha actualizado las recomendaciones para las familias y las comunidades. En este sentido, urgen a poner énfasis en “el disfrute” de los deportes en lugar de “en ganar” como el principal objetivo.

 

 

La idea sería ofrecerles a los niños una variedad de deportes para todos los niveles de destreza, de manera que tengan la posibilidad de participar en actividades nuevas y permanecer en las que disfrutan. Es fundamental que la actividad sea elegida por el niño y no por sus padres. El ejercicio físico no solo contribuye a la salud física y psicológica del individuo, sino que además favorece las relaciones sociales. Es muy importante este tipo de actividad física en los niños (menores de 10 años) y adolescentes tempranos o prepúberes (10-14 años), pues además es lúdica y favorece la creatividad.

 

 

 

 

El deporte es otro tipo de actividad física más organizada, y puede ser competitivo y de alto rendimiento. Lo desarrollan quienes tienen buenas condiciones físicas, psicológicas y espirituales, e implican normas y reglas a cumplir y respetar. El objetivo es participar y, por supuesto, también ganar. No es recomendable en niños menores de 10 años. Requiere de un entrenamiento continuo y responsable, con el fin de “superarse” y, si es posible, “ser el mejor”. Quienes participan enfocan toda su atención y energía vital en lograr la excelencia técnicodeportiva. Para ello tienen que mantener una disciplina estricta en su estilo de vida, ya que cualquier actividad fuera de la programada puede repercutir en los resultados esperados. Generalmente, el deporte competitivo es amateur y el de alta competición es profesional.

 

 

En los casos en que representa en sí misma una actividad laboral, las exigencias son aún mayores pues se intenta lograr fama, dinero y poder. Para que se encuentren en el alto rendimiento (AR), los atletas comparten una serie de características psicológicas que los diferencian de quienes no practican una actividad deportiva. Se ha demostrado que los atletas que participan en deportes individuales o de equipo suelen ser más objetivos, reportan menor ansiedad, son más independientes, más competitivos, extrovertidos e inteligentes, que aquellos que no son deportistas. Si bien al comienzo los deportistas de alto rendimiento tienen características particulares, a medida que avanzan en la excelencia se observa que se nivelan en estas características: alta confianza en sí mismos, concentración, sensación de control sobre su desempeño, preocupación positiva por el deporte, determinación, decisión, resolución y compromiso con el deporte, que constituye su trabajo. Son personas que se diferencian del resto de la población, se ponen a prueba cada día y no abandonan sus objetivos, pero no debemos olvidar que son vulnerables como el resto.

 

 

Estas dos actividades deportivas (competitivas y de alto rendimiento) pueden realizarse de manera individual o en grupo. Siempre hay un profesor, entrenador y/o un preparador físico que dirige al deportista, y entre ellos se instala una relación humana y profesional que genera una interacción, cuyo objetivo principal es el entrenamiento físico, pero que necesariamente se extiende a otras áreas del comportamiento humano (intelectual y espiritual). No debemos olvidarnos que el cuerpo, cuando se somete a una actividad física, habla. Nos indica de su necesidad de adaptación a la actividad y nos avisa de posibles futuras lesiones ante una frecuencia, duración e intensidad del ejercicio para la que aún no está preparado. Es necesario realizar un chequeo o evaluación médica antes de iniciar una actividad física, para determinar la condición de salud del individuo. La edad y las patologías crónicas condicionarán el tipo de ejercicio que se podrá realizar. Sin embargo, en plena actividad pueden aparecer síntomas y signos, generalmente relacionados con patologías cardiovasculares no identificadas con anterioridad.

 

 

Recomendaciones para realizar un ejercicio saludable

Existen recomendaciones para hacer una actividad física saludable. Por supuesto que siempre deben considerarse el tipo de actividad y su intensidad, duración y frecuencia. Ellas son:

1. Entrenar a intervalos regulares, no menos de tres veces por semana.

2. El calentamiento y la elongación o estiramiento previo a la actividad deportiva leve, entre tres y siete minutos, mejora la potencia y la resistencia muscular. La elongación aumenta la elasticidad, disminuyendo el número de lesiones. La intensidad de la actividad deberá incrementarse gradualmente.

3. La elongación posterior a la actividad física es también importante. No debe interrumpirse la actividad bruscamente, sino continuar con movimientos para disminuir la concentración de ácido láctico y volver al estado fisiológico basal o de reposo.

4. Debe realizarse en un lugar físico amplio y con una óptima temperatura ambiental, factores importantes para evitar lesiones y cuadros de deshidratación.

5. Utilizar el calzado adecuado y las protecciones correspondientes a cada actividad, aprender la técnica adecuada de la actividad física y evitar la sobrecarga reducen las posibilidades de lesiones.

6. Debe respetarse el “entrenamiento invisible”, que se refiere al descanso adecuado, así como proveer al cuerpo una nutrición correcta acorde con las calorías que consumirá en el deporte. También debe prestarse atención a la hidratación antes, durante y después de practicar una actividad.

7. Otro punto es el imprescindible “tercer tiempo” de las actividades grupales que consolida la socialización.

 

 

Riesgos de la ausencia de actividad física

El sedentarismo es sinónimo de casi nula actividad física y predomina en la población. Otras son las personas catalogadas como inactivas y otras como activas, que son las que realizan una insuficiente o suficiente actividad física respectivamente. El límite está dado por la superación o no de las dos horas y media (cientocincuenta minutos) por semana de ejercicio en el adulto. De esta manera, se señalan estas tres conductas de actividad física.

 

 

La adolescencia se considera uno de los períodos más saludables del ciclo de la vida, y por ello no se advierten en ese momento los riesgos de la ausencia de actividad física. Sin embargo, los adolescentes (los mayores de 10 años) que no realizan deportes y que llevan una vida sedentaria, habitualmente están, en la actualidad, atrapados por los dispositivos electrónicos y las redes sociales, con sus consecuentes peligros, es decir, contactos virtuales inciertos y los juegos en red con desconocidos. Esto genera un exceso de horas de pantalla, conocido como “tecnoadicción” (lo recomendado es menos de dos horas de pantalla por día) en detrimento de la necesaria y básica actividad física. El sedentarismo es uno de los factores que llevan a la llamada “epidemia del siglo XXI”: el “sobrepeso” primero y la “obesidad” después (valorados según el Índice de Masa Corporal: IMC), que se acompañan de hipertensión, hipercolesterolemia y resistencia a la insulina. Es una situación crítica, ya que predice para su edad adulta una mayor prevalencia de enfermedades crónicas como la diabetes tipo II, la obesidad, la hipertensión arterial y la dislipidemia, entre otras. No debemos olvidarnos del tabaquismo, el alcoholismo, las drogas y el estrés.

 

 

Es conveniente recordar que los adolescentes alcanzan los valores dimensionales corporales que los determinan como adultos, desde el punto de vista físico, a los 14 años en las mujeres y entre los 16 y 18 en los varones. Por ello es importante la actividad física en esta etapa de crecimiento en la vida. En ese aspecto, las clases teórico-prácticas de Educación Física que forman parte del currículo escolar, si bien constituyen un nivel básico (sesenta minutos semanales), a veces son el incentivo para que el adolescente las extienda y desarrolle fuera de ese ámbito educativo como, por ejemplo, en un club deportivo de su barrio. Al integrarse a una actividad deportiva, como existen reglas que deben cumplir y que conllevan disciplina y orden, esto los ayuda también en su proceso de maduración y adaptación a la vida social.

 

 

Beneficios de la actividad física

La práctica de la actividad física, de manera organizada, crea hábitos saludables para la vida adulta y previene la aparición de enfermedades crónicas. De hecho, en el año 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que adoptó la Asamblea General de la Naciones Unidas (ONU), presentó el “Plan de Acción Mundial sobre Actividad Física 2018- 2030: personas más activas para un mundo más sano”, que pretende disminuir en un 15% la inactividad de adultos y adolescentes (Figura 2).

 

 

 

 

La actividad física mejora la resistencia física, aumenta el tono y la fuerza muscular, regula los niveles de tensión arterial, aumenta o sostiene la densidad ósea, preserva la dinámica de las articulaciones, mejora la resistencia a la insulina y ayuda a mantener un peso corporal adecuado a la edad y la talla, entre otros beneficios. Cuando se realiza ejercicio físico se detecta a nivel psicológico un aumento de la autoestima y una mejora de la autoimagen, se reducen el aislamiento social y los niveles de estrés, disminuye el número de accidentes laborales y, al actuar como modulador del carácter, permite lograr un bienestar general. Tan importantes y variados son los beneficios de la actividad física que muchas empresas tienen programas de ejercicio físico para sus trabajadores en horas laborales. Esto se debe a que su implementación ha demostrado lograr una actitud más positiva en los empleados, mejorando el vínculo entre ellos, la lealtad con la compañía y el aumento de la productividad.

 

 

Por otro lado, hay empresas que organizan eventos relacionados con el deporte fuera del entorno laboral, con el objetivo de disminuir el estrés de sus empleados, favorecer la sociabilidad entre ellos y mejorar la empatía con la institución, pero fundamentalmente permite establecer el compañerismo entre las personas que ejercen diferentes actividades y las une en torno al ideal de servicio. En la comunidad, la actividad física impulsa la creación de grupos de personas, en diferentes ámbitos sociales y culturales. El ser parte de uno de esos grupos no solo genera en sus individuos los beneficios físicos y psicológicos del ejercicio, sino que además se logran otros aspectos: fomenta en sus integrantes un sentimiento de pertenencia, conocimiento mutuo, compañerismo, reconocimiento de la habilidad que cada individuo tenga, compresión y contención de cada uno.

 

 

Cada uno de los integrantes de ese grupo ya no es una persona desconocida, aislada, sin un entorno favorable y de pertenencia: ahora tiene un círculo que lo reconoce, valora y estará presente ante las dificultades que se interpongan. Dependiendo del marco comunitario en el que se estimula la formación de grupos para realizar una determinada actividad física, el objetivo fundamental es promocionar la salud de los individuos a través de los beneficios del ejercicio, pero también se logrará influenciar positivamente en su vida futura en sociedad. Además de los beneficios físicos en su cuerpo, la actividad física permite interactuar con los pares y así estimular la integración y la contención social. Los grupos para realizar la actividad física pueden generarse en diferentes ámbitos: en la escuela, en las plazas, en los gimnasios, en los clubes, en los countries o en otras comunidades cerradas.

 

 

El deporte ayuda a los jóvenes en la afirmación de su personalidad, el incremento de su autoestima, el desarrollo espiritual, el aumento de su capacidad intelectual y la concreción de sus proyectos de vida, alejándolos de los riesgos sociales de las grandes ciudades. El ejercicio regular, es decir, el que se realiza con cierta frecuencia y duración, registrado en cantidad de días por semana y en cantidad de minutos/horas por día, se encuadra como “hábito de ejercicio”. Actualmente el médico lo anota en la historia clínica de los pacientes. Esta rutina de ejercicio, de intensidades variadas, puede ser caminar a paso ligero o con rapidez, correr, nadar o andar en bicicleta, como las más frecuentes y al alcance de la mayoría. En fisiología del ejercicio al resultado obtenido se lo conoce como “efecto fitness”. Está demostrado que hacer más ejercicio físico también reduce el riesgo de padecer algunas enfermedades infectocontagiosas y que, en caso de contraerlas, estos pacientes se recuperan más rápido. Se cree que el ejercicio puede mejorar la respuesta inmunitaria de estos individuos.

 

 

El deporte y su valor educativo

El deporte es un fenómeno social que forma parte de la educación y la cultura de la humanidad desde sus orígenes. Recordemos que la educación es la transmisión de conocimientos a una persona, de acuerdo con la cultura de la sociedad a la que pertenece, con el fin de adquirir una formación determinada. El ser humano es una entidad global formada por varias dimensiones: biológica (física), psicológica (emocional), espiritual (intelectual y religiosa), social (relacional) y ambiental (hábitat). Estas dimensiones deben encontrarse en armonía entre sí para permitir el desarrollo normal del individuo. La práctica físicodeportiva, realizada de manera regular, facilita las conexiones entre ellas y participa de la formación integral de la persona durante toda su vida. El deporte tiene un valor formativo particular en cada una de las épocas de la vida. En la escolar, favorece el desarrollo neurológico (bio y psicomotriz) del niño y ayuda a su socialización (psicosocial). En la época de la juventud y la madurez, funciona como medio de alivio del estrés cotidiano y complemento del ocio. En la vejez, como medio de estimulación del ánimo de la vida y de activación neurológica. De esta manera, la actividad deportiva incorporada como estilo de vida aporta en quienes lo practican beneficios físicos, psicológicos y sociales muy saludables.

 

 

Actividad física, educación y salud en los grupos vulnerables

Pensando en la educación de los pueblos, si tuviéramos que elegir un sitio donde formar un grupo para realizar actividad física, sería en los barrios vulnerables o de riesgo. Sin ninguna duda, es allí donde realmente estos grupos atraerán a numerosos individuos de esa población frágil y expuesta, con dificultades en su desarrollo sociocultural. Además, puede ser el “pasaje de salvación” de muchos adolescentes y jóvenes que se encuentran socialmente en un “callejón sin salida”. Recordemos que los adolescentes (de 10 a 19 años) representan un 20% de la población en general, cifra que en comunidades de bajos ingresos es mayor, y que se encuentran en un proceso bio-psicosocio-cultural que deben completar para entrar a la adultez. Muchos adolescentes que habitan en sitios vulnerables toman caminos inadecuados y destructivos para su vida y para la comunidad, debido a que se sienten aislados, inútiles y no logran dimensionar una luz que les permita salir de ese oscuro contexto. Si bien la primera atracción que el deporte genera en esta población es la diversión, luego llega el compañerismo y la contención, el estímulo de mejorar, el reconocimiento de las habilidades deportivas en algunos, y así se forjan valores de los que suelen carecer estas comunidades. Rápidamente estos jóvenes se adaptan a esta actividad en la que se los estima, incluye y comprende como personas.

 

 

Formar parte de esta actividad deportiva los transforma en personas útiles y les permite encontrar caminos de superación y salida. Para algunos es el “pasaporte” a una nueva vida: productiva, próspera y beneficiosa para sí y para la sociedad de la que forman parte. Otros, a través de la autoconfianza generada, comienzan estudios y/o inician trabajos útiles, como “boleto” de salida de ese ambiente peligroso. El deporte se instala como uno de los “factores protectores” en los grupos de riesgo, como un mecanismo de prevención de daños, y acompaña positivamente el crecimiento, desarrollo y maduración de estos jóvenes.

 

 

La actividad física y la Atención Primaria de la Salud (APS)

Desde que, en 1978, en la ciudad de Almá-Atá (ex URSS), en la reunión conjunta con la OMS y la UNICEF, se definió como modelo de la atención de la salud a la Atención Primaria de la Salud (APS), se impuso una nueva visión. Constaba en su origen de tres niveles: el primero, la prevención, estaba dirigido a que un hombre sano no se enferme. El segundo, el diagnóstico y tratamiento,; y el tercero, la rehabilitación, se dedican al hombre enfermo. La APS se centra en la asistencia sanitaria esencial de la persona y de su hábitat. Los profesionales de la APS poseen una alta credibilidad a la hora de recomendar prácticas saludables y pueden llegar con cierta facilidad a la población general. Son más accesibles y entablan una relación más cercana con los miembros de la comunidad, ya que conocen el entorno. Este personal sanitario, durante la asistencia, puede interrogar sobre prácticas saludables (en nuestro caso, la actividad física) y valorar la posibilidad de implementarlas,

 

 

Teniendo en cuenta que la inactividad, según la OMS, ocupa el cuarto lugar entre los factores de riesgo de mortalidad a nivel mundial. En consecuencia, el ejercicio es un hábito saludable que permitirá mejorar la calidad de vida. Para ello es fundamental realizar un apto médico deportivo, generalmente subvaluado, tanto por la población como por los profesionales de la salud. El examen médico antes de una participación deportiva tiene como objetivo la detección de enfermedades que puedan empeorar con el ejercicio o predisponer a un evento cardíaco. Allí se determina la salud física del deportista, se evalúa si la actividad elegida es acorde a sus condiciones anátomo-fisiológicas y la intensidad de la actividad que puede realizar para evitar lesiones. Debe tenerse en consideración que la mayoría de los trastornos graves durante la actividad física son cardiovasculares.

 

 

Este acto médico está constituido por la anamnesis familiar y personal, el examen físico, la evaluación cardiovascular, los estudios de laboratorio y radiológicos. Se recomienda una anamnesis personal y familiar para descartar trastornos cardiológicos, así como realizar una radiografía de tórax, un electrocardiograma y/o un laboratorio básico de sangre y orina. Puede ser necesario un ecocardiograma y/o una prueba ergométrica graduada en algunos deportistas y en casos de dudas diagnósticas. Se observa que el deporte es útil en la prevención de enfermedades o en su detección precoz, ya que siempre se solicitará el apto médico previo al inicio de la actividad. Esto obliga a las personas a hacer un examen de rutina anual, lo que evita la pérdida del control médico.

 

 

El deporte como tratamiento médico auxiliar o complementario

La prescripción del ejercicio puede ser como: a) recreación, b) coadyuvante en el tratamiento de patologías o c) rehabilitación. En enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como asma, diabetes, obesidad, hipertensión y dislipidemia, entre otras, no están contraindicadas las actividades físicas. Por el contrario, deben considerarse beneficiosas y constituyen un pilar más del tratamiento integral de esas enfermedades. Siempre deben tenerse en cuenta los controles previos durante y después de la actividad física para cada una de estas patologías. El ejercicio aeróbico, en general, puede ser apropiado para personas con trastornos cardíacos o para obesos, con el fin de reducir el peso. Para la mayoría de las personas, el entrenamiento con intervalos de alta intensidad es seguro y efectivo. En este caso, se alternan ejercicios a altos niveles de intensidad y ejercicios a una intensidad menor durante períodos cortos. Con la actividad física se observa una disminución de los síntomas y signos, y un mejor control de las enfermedades antes mencionadas.

 

 

El deporte y la rehabilitación

“La rehabilitación es el conjunto de medidas sociales, educativas y profesionales destinadas a restituir al paciente minusválido la mayor capacidad e independencia posibles”, según la OMS. En el proceso de rehabilitación física, psíquica, social y espiritual de la persona, las prácticas físicas son una importante herramienta. Es útil para combatir situaciones de ansiedad, depresión, impulsividad, desmotivación, etc. Al practicar una actividad física se liberan endorfinas que ayudan a lograr una sensación de alegría, felicidad, optimismo, relajación y placer; funciona como un analgésico natural, por lo que reduce la ansiedad, el estrés e incluso el mal humor. Según la edad de la persona y el tipo de actividad física a desarrollar, puede generar una rehabilitación en el tono muscular, la coordinación, la flexibilidad y el equilibrio. Esto puede observarse tanto en personas de tercera generación, como en personas con lesiones en recuperación y en niños. El ejercicio también se utiliza en la rehabilitación de pacientes con adicciones y con diferentes tipos de discapacidades motoras y/o sensoriales. Como conclusión, la medicina del deporte permite mejorar las discapacidades clínicas: físicas, psíquicas y sociales.

 

 

Los agentes de salud en el deporte

La Asociación Médica Argentina (AMA), en su Código de Ética para el Equipo de Salud publicado en el 2001, introdujo el concepto: “la salud es una responsabilidad de todos”. De esta manera se incorpora como “agente de salud” a todo aquel individuo no miembro del equipo de salud que participe por su preparación profesional en cualquier nivel de la atención de la salud. Es ese el rol jerarquizado que le otorga la AMA a todos aquellos que se dedican a la docencia y la práctica de la actividad física (maestros, profesores, entrenadores, preparadores físicos, periodistas deportivos, etc.), en todas sus expresiones. La actividad física y los que se dedican a ella juegan así un rol fundamental en los tres niveles de la atención de la salud: 1) la prevención, 2) el diagnóstico y tratamiento y 3) el período de rehabilitación; por supuesto adecuado a cada uno de ellos.

 

 

Conclusiones

• La actividad física o deportiva contribuye tanto a la educación integral como a la promoción de la salud, optimizando la calidad de vida y el bienestar del individuo en la sociedad.

• El ejercicio físico mejora la salud física, psíquica, espiritual y social, previniendo enfermedades. El deporte establece un marco para la utilización del movimiento corporal humano en la práctica médica.

• El deporte ayuda a transitar la adolescencia – conflictiva etapa del desarrollo humano– en un ambiente de protección, independientemente del estrato sociocultural al que pertenezca el individuo.

• La actividad física o deportiva forma parte de la salud plena e integral, lo que muestra la responsabilidad que tienen las distintas áreas de la sociedad a la hora de lograr una vida sana para sus individuos.

 

 

 

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16. Quiles I. La persona humana. Ed Espasa Calpe, Buenos Aires 1942

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ARTÍCULO ORIGINAL

La era global y la época del transhumanismo. Una reflexión sobre la evolución y el desarrollo de la especie humana

 

 

Dres Elías Hurtado Hoyo,1 Ricardo Jorge Losardo,2 Raquel Inés Bianchi,3 Jorge Renna,4 Raquel Graciela Bolton5

1 Presidente de Honor de la Asociación Médica Argentina. Presidente del Centenario del Rotary Club de Buenos Aires y del Rotarismo Argentino. Membre Associé Étranger de l’Académie de Médecine de France. 2 Miembro Honorario Nacional de la Asociación Médica Argentina. Profesor Titular, Escuela de Posgrado, Facultad de Medicina, Universidad del Salvador (USAL). 3 Médica Especialista en Psiquiatría. Presidente de la Sociedad Argentina de Salud y Espiritualidad (AMA). 4 Presidente del Comité de Informática Médica de la Asociación Médica Argentina. Coordinador de Educación Virtual de la Asociación Médica Argentina (EDUVIRAMA). 5 Médica Magister en Ética Biomédica. Presidente del Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires, Argentina (2017-2021). Miembro Titular de la Comisión Directiva del Consejo Académico de Ética en Medicina de la Academia Nacional de Medicina. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

 

 

“Con el tiempo lo imposible se vuelve posible; lo posible, probable; y lo probable, virtualmente cierto” George Wald (1906-1997) Premio Nobel de Medicina 1967

 

 

Resumen

Los acelerados avances científicos y técnicos que estamos viviendo están modificando la naturaleza y al hombre mismo, determinando el futuro de la especie humana. Es posible que estemos transitando una época de cambios o un cambio de época. Ya se ha instalado la idea de la era global y la época del transhumanismo.

Palabras claves. Transhumanismo, bioética, ciencia, tecnología, filosofía, sociología.

 

 

The Global Age and the Age of Transhumanism. A reflection on the evolution and development of the human species

 

 

Summary

The accelerated scientific and technical advances that we are experiencing are changing nature and man himself, determining the future of the human species. We may be going through a time of change or a change of era. The idea of the global era and transhumanism epoch has already been installed.

Key words. Transhumanism, bioethics, science, technology, philosophy, sociology

 

 

Introducción

Iniciamos la tercera década del siglo XXI viviendo tiempos difíciles donde una pandemia ocupa el centro de la escena mundial. Por otra parte, los valores humanos como la honestidad, la sensibilidad, la gratitud, la humildad, la prudencia, el respeto, la responsabilidad, etc. están siendo desafiados -desde hace algún tiempo- principalmente por conductas de ambivalencia y de autodestrucción. En este contexto, de verdadera vorágine existencial, han entrado en conflicto los diversos intereses de las personas y de los países, así como los del medio ambiente y de las especies biológicas en general. Si bien en los momentos de oscuridad, que tristemente desvalorizaron al hombre, aparecieron afortunadamente otras “fuerzas y energías” que buscan mantener el equilibrio -por cierto, delicado- con el fin de reconocernos en lo más esencial que somos: seres humanos. El debate se plantea sobre los beneficios y los riesgos potenciales que generan o generarán dichos avances técnicos y científicos, y cuáles serán las ventajas y desventajas que ellos tienen o tendrán para la humanidad. Esto en medio de una realidad inmersa en una heterogeneidad o diversidad de relaciones humanas, con las que debemos convivir y respetar.

 

 

En sus orígenes, el hombre se limitaba a adaptarse al medio ambiente. Luego, en su evolución, logró modificar la naturaleza, proceso que continúa proyectándolo también a él mismo. De esta manera estamos viviendo un tiempo de cambios importantes. Esta historia de adaptación al medio y de lucha por la existencia está presente en todas las especies biológicas, inclusive en el ser humano, y se trata simplemente de la conocida “selección natural”. Las corrientes filosóficas y sociológicas tratan de interpretar estos fenómenos y se preguntan una vez más: ¿de dónde venimos?, ¿dónde estamos?, ¿adónde vamos?, ¿qué somos? y ¿para qué estamos en este mundo? Estas preguntas que se inician en la clásica filosofía griega (s. V a.C.), están plasmadas desde el punto de vista artístico, a fines del siglo XIX, por el pintor postimpresionista Paul Gauguin, que demuestra la permanencia de esta problemática en la historia del hombre y que continúa hasta hoy día sin una respuesta única (Figura 1).

 

 

 

 

El origen de la vida. La condición biológica

Es difícil encontrar una respuesta definitiva a la pregunta sobre Cuál es el origen de la vida. Recordemos que el universo tiene, aproximadamente, una edad de 13.800 millones de años (desde la explosión conocida como Big Bang). Mientras que se estima que la Tierra tiene una antigüedad de unos 4500 millones de años. Entretanto, los fósiles más antiguos conocidos de seres vivos datan de aproximadamente 3500 millones de años atrás, de tal manera que los primeros 1000 millones de años, la Tierra no estuvo habitada por ningún ser vivo. Tal vez porque las condiciones ambientales no lo permitían, y se cree que cuando ello se modificó la aparición de la vida fue relativamente rápida.

 

 

Todos estos datos surgen de las investigaciones actuales (entre ellas, las realizadas con el telescopio Hubble, a partir de 1990), pero se estima que estas cifras podrán ser más precisas con los avances técnicos próximos Figura 1. Paul Gauguin. Pintura: ¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿adónde vamos? (1897). Museo de Bellas Artes, Boston, EE. UU. (como el telescopio James Webb, 2021). El hombre actual –como homo sapiens– apareció hace solo unos 100 mil años. Por lo tanto, se crearon sucesivamente el universo, la Tierra, la vida en general y, finalmente, el hombre, estando todos ellos vinculados y en armonía. Está demostrado que la actividad solar influye de gran manera en la transmisión de las ondas electromagnéticas sobre la Tierra.

 

 

Algunos señalan que cuando la actividad solar es importante, los seres terrestres resultan influidos en su conducta y en su comportamiento, siendo estos más irritables y excitables. También sabemos, en términos físicos, que el campo de gravedad de la Luna –el único satélite natural de la Tierra– es muy débil en relación con ella. Sin embargo, puede originar fenómenos importantes, como las mareas. Estos movimientos periódicos de ascenso y descenso del nivel del mar se deben a que la Luna atrae el agua de las grandes extensiones líquidas de la superficie de la Tierra. De esta manera, observamos que estas energías externas influyen en la vida de los seres y en sus relaciones ambientales y sociales. Entonces, los seres vivos actuales son el resultado de millones de años de evolución; y el desarrollo de la vida fue variando con el fin de adaptarse a los cambios que sucedían en la Tierra.

 

 

Los primeros seres eran unicelulares –bloque estructural básico de vida– y fueron los antepasados de todos los seres vivos actuales. La Tierra ha dado lugar a millones de especies. ¿Cómo aparecieron y de dónde vinieron estos primeros seres vivos? Se plantean dos hipótesis: a) que la vida se originó en otro lugar del Universo y llegó a la Tierra; y b) que la vida apareció de forma espontánea sobre la Tierra. La primera teoría, que plantea que la vida existe en el universo desde siempre, y que nuestro planeta fue sembrado desde alguna otra parte del universo, se conoce como “panspermia”. Es decir, la vida en la Tierra se habría originado en otro sitio del universo. En 1865, el botánico y médico Hermann Richter (1808-1876) acuñó dicho término, proveniente del griego: pan: ‘todo’; y sperma: ‘semilla’. Richert partió de algunas consideraciones del filósofo presocrático Anaxágoras (s. V a. C.). Hacia el 1900, el físico y químico Svante Arrhenius (1859-1927), Premio Nobel en 1903, popularizó el concepto, tratando de interpretar científicamente el posible origen de la vida en la Tierra.

 

 

En el siglo XX varios científicos, astrónomos y biólogos defendieron esta teoría y plantearon dos versiones: a) La vida habría llegado de algún otro sitio de nuestro propio sistema solar o de otras partes del universo, por medio de meteoritos, cometas, etc. Por ejemplo, una de las fuentes posibles sería Marte; sin embargo, no se ha probado todavía que allí exista vida. Tampoco se ha descubierto vida en ningún meteorito y cometa. De tal manera que esta hipótesis resulta discutida. b) Seres vivos extraterrestres y sus naves espaciales que visitaron la Tierra podrían haber introducido ciertos microorganismos que traían consigo, como una contaminación involuntaria.

 

 

Hoy día no se puede confirmar ni desmentir la presencia de seres vivos extraterrestres. La pregunta sobre si la humanidad está sola en el universo aún no tiene respuesta. La segunda teoría dice que la vida puede haberse originado de forma independiente en nuestro planeta, de forma espontánea a partir de materia inerte. Se la conoce como “abiogénesis” o “generación espontánea”: el origen de la vida a partir de materia inorgánica. Ellas serían el agua y el carbono que, con el aporte de la luz solar, se constituyen en los compuestos básicos para la vida y permiten aportar las reacciones químicas rápidas que se necesitan para sustentar la vida (síntesis prebiótica). Lógicamente, para que se propague la vida se necesita de la autorreplicación. La primera molécula orgánica viviente debería haber tenido la capacidad de reproducirse a sí misma. El ADN tiene esa capacidad, pero necesita de enzimas para duplicarse; mientras que el ARN –que es más primitivo– no lo necesita. Así, la molécula de ARN pudo haber sido el primer sistema de vida que se reprodujo a sí mismo. Hay estudios que indican que pueden formarse moléculas orgánicas de forma espontánea a partir de sustancias inorgánicas en condiciones ambientales adecuadas. Esto indica que el límite entre lo inorgánico y lo orgánico se torna –en la actualidad– científicamente cada vez más impreciso.

 

 

Finalmente, la aparición de la vida se explica a partir de las estructuras orgánicas, como las células, que son los bloques básicos de construcción de toda materia viviente (“biogénesis”), teoría que es la más difundida y aceptada. Alejada de las teorías científicas, existe una tercera posición, el creacionismo, que plantea la aparición del hombre como resultado de la “creación divina”. Por ejemplo, según la creencia cristiana, Dios creó al hombre (Adán y Eva) a su imagen y semejanza, primero al varón, y luego a la mujer a partir de una costilla de Adán. Otras creencias tienen otras concepciones y otros referentes. Por último, hay teólogos que buscan reconciliar esta posición religiosa con las teorías científicas basadas en principios naturales. Entonces, por un lado, el origen de la vida continúa estudiándose y resulta difícil, con los medios que se tienen actualmente, encontrar una respuesta única y segura. Por el otro, las transformaciones evolutivas de todos los organismos vivos siguen manifestándose, incluso en el “reciente” ser humano.

 

 

Las eras humanas. Evolución del cerebro humano y su repercusión sociocultural

La Prehistoria, en términos generales, comprende sucesivamente una Edad de Piedra (paleolítica y neolítica) y una Edad de los Metales (cobre, bronce y hierro). Inicia con la aparición del hombre y finaliza con la escritura. Es la etapa o período más largo en la vida de la humanidad y abarcó cientos de miles de años. Hay consenso general acerca de que termina entre los años 3000-3500 a. C., siendo esta fecha, sin embargo, imprecisa. En esta época remota, y desde sus orígenes, el hombre ha querido conocer en qué medio vivía, cuál era su participación y cómo podía interactuar con él, con el fin de poder sobrevivir. Así empezó a observar los distintos seres vivos que compartían el mundo con él, intentando descubrir el fascinante enigma de la vida. Luego se inicia la historia, con sus Edades Antigua (hasta 476 d. C.) –la segunda etapa o período más largo–, Media (hasta 1453), Moderna (hasta 1789) y Contemporánea, que llega hasta nuestros días. Conviene advertir que estos períodos se acortan más cada vez y también recordar que esta división o periodización está realizada bajo una mirada europea u occidental (eurocentrismo).

 

 

En cuanto al cerebro humano, aparece como el estadio final de un larguísimo proceso biológico de evolución animal. El cerebro primitivo (arqui y paleocerebro: prehumano) persiste activo hoy en el humano. Anatómicamente está en lo más profundo, y envuelto por el cerebro nuevo (neocerebro), que regula aquellas funciones antiguas o arcaicas. Este cerebro nuevo existe desde el homo sapiens, que aparece en África y desde allí se disemina por todo el mundo. Sus predecesores genéticos (primero, el homo habilis y luego, el homo erectus) perecen en la primera parte del paleolítico. Como en África fue donde apareció el hombre, este continente es considerado la “cuna de la humanidad”.

 

 

El cerebro es el constructor de las diversas culturas que se desarrollaron en nuestro planeta, y este fenómeno es estudiado por las neurociencias y la antropología social. Si bien la civilización primitiva se inició hace apenas 10 mil años, en la Prehistoria, podemos coincidir que las esplendorosas civilizaciones (como las de la Mesopotamia, la del Nilo y la Helénica) aparecieron miles de años después, en la Edad Antigua. La creatividad humana resulta de la inteligencia cerebral y de la cultura de la época.

 

 

De esta forma se explica que el mismo cerebro haya dado lugar a culturas y mitos similares en distintos lugares y en forma simultánea. Por ejemplo, las prácticas adivinatorias desarrolladas en la Edad Antigua eran parte de una “cosmovisión” que tenían los individuos dispersos en todo el mundo y sin ningún tipo de conexión entre sí. En 1975 expresamos que el ser humano goza de “dos vidas”, la corporal y la mental. Gracias a esta última transmitimos conocimientos y pensamientos, pero también actitudes psicológicas y sociológicas, producto de la influencia de la personalidad y las conductas de nuestros antepasados. Estos componentes o constituyentes del hombre permiten mantener un equilibro evolutivo y, por lo tanto, una armonía en su desarrollo.

 

 

El cuerpo implica todo lo orgánico y actúa como centralizador del ser y configura lo “dimensionable”. El cuerpo, por lo tanto, es la “fachada” del ser. Mientras la mente, su segundo constituyente, implica una fuente energética en los centros nerviosos (energía mental) e incluye todo lo inherente a la actividad psíquica. El tercer componente del hombre es su “extensión”, que implica todo aquello que pertenece al ser y que no queda justificado en la existencia del cuerpo ni en la mente. De tal manera que, la extensión surge como una singularidad en la esencia del hombre. Pero no todos los individuos poseen una extensión manifiesta.

 

 

Esta extensión se prolonga más allá del cuerpo y se extiende al medio que lo rodea (actividad social). Gracias a la conjugación de la mente y la extensión, que configura lo “indimensionable”, se logra la trascendencia del ser humano. También es responsable de la evolución cultural de la sociedad en que habita y construye. Estos tres constituyentes del hombre permiten alcanzar un equilibrio entre el pensamiento y la vida misma, que incluye nuestra relación con otros seres y con la naturaleza.

 

 

Los cambios del siglo XX

Los agrupamos en dos áreas: la dimensión espiritual, relacionada con los valores esenciales del ser humano, y las sociedades del conocimiento o de la información, vinculadas con los avances científicos y técnicos. Ambas estuvieron presentes y trataron de encontrar un equilibrio. a) La dimensión espiritual En el siglo XX convivieron innumerables avances científicos y técnicos con la tradicional “humanización” de la vida social; y se disputaron entre sí el protagonismo.

 

 

En este contexto hemos observado que la fuerza moral humana doblegó el poder de todas las armas y de todas las tecnologías asociadas. Nos remitiremos a la acción de cinco líderes, que resaltamos como ejemplos: El primero fue la marcha por los derechos de la sal que dirigiera Mahatma Gandhi (1869- 1948). Mahatma, “gran alma”, fue una figura de austeridad inflexible y de absoluta modestia. Vivió en la pobreza sin paliativos e introdujo la ética en la configuración política e ideológica del mundo, a través de la prédica y el ejemplo. El amor, “ahimsa”, fue su arma política. Por su influencia moral logró pacíficamente la independencia de la India en 1946. El segundo fue Martín Luther King (1929-1968) quien, inspirado en Gandhi, llevó a cabo una pacífica lucha racial a favor de los negros en los Estados Unidos de América.

 

 

En el verano de 1963, encabezó una marcha en Washington, que congregó a docientas cincuenta mil personas, y en el Lincoln Memorial dio su famoso discurso “Yo tengo un sueño”, que fue decisivo para el movimiento de los derechos civiles. Por ello obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1964. El tercero fue la Madre Teresa de Calcuta (1910- 1997), monja católica que desarrolló una labor humanitaria en defensa de los pobres y los indefensos (enfermos, moribundos y huérfanos), que tuvo muchos seguidores y se extendió mundialmente. Por su obra recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979.

 

 

El cuarto fue la caída del muro de Berlín en 1989, con el fin de la Guerra Fría (1945-1989). S.S. Papa Juan Pablo II (1920-2005) actualizó el catolicismo. Algunos consideran que, sin él, el mundo no sería el que conocemos. Había visitado Polonia en junio de 1979, en la que fue la primera visita de un Papa a un país comunista, motorizando la apertura del Este europeo. Hoy se reconoce una gran admiración hacia Juan Pablo II y hacia Lech Walesa (n. 1943), también protagonista de esos episodios y Premio Nobel de la Paz en 1983. El quinto fue la actitud de Nelson Mandela (1918-2013), quien, consecuente con su pacifismo, aun estando preso desde 1962 a 1990, logró vencer el apartheid en Sudáfrica con su valiosa intervención a favor de los derechos y la libertad de la ciudadanía negra. Su labor fue muy reconocida y se le otorgó el Premio Nobel de la Paz en 1993.

 

 

Estos líderes, que bregaron por la paz, desprendían una “energía indimensionable” que sobresalía de su cuerpo, aquello que denominamos “extensión humana”, que los conectaba de una manera especial con el mundo exterior y cuyo origen estaba en la fuerza y la capacidad de su mente. La energía de la conducta humana y la esgrima de la palabra son los máximos atributos que permiten estos logros. Reiteramos el énfasis sobre este tipo de “energías o fuerzas vitales” (élan vital o vital force), de las que ya dimos opinión en 1975, cuando todo lo relacionado a las sociedades del conocimiento era incipiente y aún no había sido divulgado en ambientes médicos (Figura 2).

 

 

 

 

b) Las sociedades del conocimiento o de la información. La inteligencia artificial y el mejoramiento humano. Actualmente las sociedades del conocimiento o de la información han marcado un antes y un después. Estos términos fueron utilizados por primera vez por Peter Drucker (1909-2005) y Fritz Machlup miración hacia Juan Pablo II y hacia Lech Walesa (n. 1943), también protagonista de esos episodios y Premio Nobel de la Paz en 1983. El quinto fue la actitud de Nelson Mandela (1918-2013), quien, consecuente con su pacifismo, aun estando preso desde 1962 a 1990, logró vencer el apartheid en Sudáfrica con su valiosa intervención a favor de los derechos y la libertad de la ciudadanía negra. Su labor fue muy reconocida y se le otorgó el Premio Nobel de la Paz en 1993. Estos líderes, que bregaron por la paz, desprendían una “energía indimensionable” que sobresalía Figura 2. Líderes del siglo XX que bregaron por la paz. Mahatma Gandhi, Madre Teresa de Calcuta, Juan Pablo II, Nelson Mandela y Martín Luther King. (1902-1983).

 

 

En estos últimos años, se ha pretendido ampliar su significado, mencionándolas también como sociedades del saber o sociedades de la inteligencia. Las distinguen, entre otras, cuatro temáticas emergentes: la informática (las computadoras y las redes de la comunicación), la biotecnología, la nanotecnología y las ciencias cognitivas. Sus componentes son: a) los bites, b) los genes y las células madres, c) los átomos y d) las neuronas. Informática. Un circuito integrado (CI) es una pequeña plaqueta delgada que contiene miles de circuitos electrónicos. El primer CI fue desarrollado en 1958 por el físico e ingeniero eléctrico Jack Kilby (1923-2005), Premio Nobel de Física en el 2000. El microchip nos introduce en la era tecnotrónica. Las computadoras permitieron dar un paso cuali y cuantitativo en todas las áreas de la actividad humana, tanto civiles como militares. Se generó, asimismo, un nuevo tipo de educación más universal por medio de las TIC’s (Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones), superando las barreras de la distancia y favoreciendo la interrelación de las sociedades.

 

 

Así, se genera, en la década de 1960, la idea de aldea global, término acuñado por el filósofo Marshall McLuhan (1911-1980). En 1973, el sociólogo Daniel Bell (1919-2011) propone la idea de era de la información para la sociedad postindustrial, cuando el “sector servicios” genera más riqueza que el “sector industrial”. Vislumbraba que los servicios basados en el conocimiento se convertirían en el tronco central de la nueva economía. La imagen colectiva que dan estos avances tecnológicos está asociada a los aspectos agradables de la vida; por ello se las considera como las embajadoras de buena voluntad, por la difusión rápida de la información entre los pueblos.

 

 

Los países tratan de eliminar o disminuir la llamada brecha digital, fenómeno de desigualdad cultural que en un futuro podría dividir a la especie humana. Biotecnología. En 1949 el bacteriólogo John F. Enders (1897-1985), Premio Nobel de Medicina en 1954, consiguió hacer crecer el virus de la poliomielitis en un cultivo de células embrionarias de piel y de músculo humano, dando origen a la biología molecular. Fue el método que abrió las puertas para las investigaciones sobre células madres y terapias génicas.

 

 

El químico argentino César Milstein (1927-2002), Premio Nobel de Medicina en 1984, desarrolló un método para la producción de anticuerpos monoclonales, que permitió el fenómeno químico de la “hibridación celular” (fusión de dos células). El camino recorrido para conocer el mapa del genoma humano fue muy largo. Ya en 1865, el monje agustino y naturalista Gregor Mendel (1822-1884) había descripto los genes. James Watson (n. 1928) y Francis Crick (1916-2004) describieron en 1953 el modelo esquemático del ADN, lo que les valió el reconocimiento mundial con el Premio Nobel de Medicina en 1962. Medio siglo después, en 2003, el Proyecto del Genoma Humano se completó, revelando la presencia de 3,12 billones de pares de bases (Figura 3). Comienza así una nueva etapa de la medicina, y hoy estamos dando los primeros pasos en su aplicación médica.

 

 

 

 

 

Los genes gobiernan todos los procesos del organismo a través de la síntesis de proteínas. Se denominan “células madres” a aquellas que tienen la capacidad de diferenciarse y originar células de distintos tejidos. Según su origen y su capacidad de diferenciación se reconocen cuatro tipos: totipotentes o embrionarias, pluripotentes, multipotentes y unipotentes. Se inicia la medicina reparativa o regenerativa trayendo esperanzas a numerosas enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer, la lesión de médula espinal, la diabetes, la osteoartritis, la artritis reumatoide, las quemaduras, la alopecia y las lesiones cardíacas, así como para el bloqueo de tumores y la detención del envejecimiento, entre otras cuestiones. El futuro en este campo biológico es aún insospechado.

 

 

En 1997, en Edimburgo, el embriólogo Ian Wilmut (n. 1944) informó sobre la primera clonación en animales a partir del núcleo celular de una célula mamaria de una oveja adulta, la famosa oveja Dolly. Este avance de la biotecnología planteó cuestionamientos relacionados con la investigación de células madres y la clonación humana, los bancos de células madre (¿qué embrión vive y cuál muere?) y otros. Se generaron fuertes debates éticos, religiosos, científicos, legales y políticos, que hoy continúan vigentes en la sociedad. Los bebés de diseño ya son un hecho concreto, resultado del uso de varias tecnologías reproductivas que modifican la herencia natural, genética, del embrión humano.

 

 

Actualmente se investigan embriones híbridos producidos por transferencia de núcleos somáticos humanos a óvulos enucleados de vacuno. Nanotecnología. Nano es un prefijo griego que etimológicamente refiere a una medida muy pequeña. La nanociencia está dedicada al control y manipulación de la materia a una escala menor a un micrómetro, escala en la que funciona la naturaleza. Es un campo multidisciplinario (biología, química, física, etc.). Se considera al físico Richard Feynman (1918- 1988) el padre de la nanociencia. Obtuvo el Premio Nobel de Física en 1965. Se refirió a la posibilidad de que se generaran sistemas funcionales ultrapequeños con dimensiones de moléculas y aun de átomos. Ya a nivel mundial, ha producido un franco impacto en nuestras vidas. Sus avances prácticos son las nanopartículas y los nanotubos. Para poder ver los nanomateriales se necesita un microscopio de fuerza atómica. Ciencias cognitivas. El complejo funcionamiento de la mente requiere un abordaje interdisciplinario. La unidad estructural y funcional la constituye la neurona que, al pertenecer al cuerpo humano, es una parte anatómica que nos identifica y que aún está dentro del concepto e imagen que tenemos del hombre como ser biológico puro.

 

 

En este capítulo se ubican varias disciplinas científicosociales como la lingüística, la psicobiología y neurociencia cognitiva y la antropología cognitiva. Su lenguaje pertenece a las ciencias de las comunicaciones clásicas, regladas por la palabra oral, gestual o escrita, y por los valores y los sentimientos, como el pensar y el amar. Como corolario: para averiguar cómo es y será el mundo, debemos emplear la razón y la imaginación, así como plantear hipótesis y teorías. La imaginación filosófica deberá estar alimentada y controlada por los motores intelectuales de la civilización humana: la ciencia y la técnica.

 

 

La nueva etapa evolutiva del hombre. La época del transhumanismo

Mientras la ciencia y la técnica progresan rápidamente sin límites ni horizontes y marcan un nuevo tiempo histórico de la humanidad, la era global, aparece la incertidumbre sobre el futuro de la especie humana. Posiblemente los grandes avances afectarán las nociones de tiempo, espacio, vida, longevidad, estilos de vida, el concepto mismo de muerte, lo espiritual, y asimismo, la noción de creación de la vida; y entonces –sin darnos cuenta– estaremos ingresando lentamente en un nuevo período: la época del transhumanismo. Así, la época del transhumanismo quedaría incluida en la era global y constituiría una época dentro de aquella era.

 

 

Si bien la era global comienza a gestarse a inicios de la década de 1960 y crece gradualmente, también la idea del transhumanismo aparece en esa fecha. Ambas alcanzan una exposición notable al inicio del siglo XXI, a través de los ámbitos socioculturales. En este nuevo marco histórico debemos prepararnos para ciertos hechos posibles, como la producción de átomos, moléculas y materiales inteligentes para nanomáquinas y nanorrobots, a nanosensores centinelas introducidos en el cuerpo capaces de, por ejemplo, detectar las primeras células cancerígenas y con capacidad de destruirlas, transportar medicamentos y liberarlos en la zona adecuada, computadoras con circuitos electrónicos que trabajan a velocidad de la luz y que no gastan energía.

 

 

En la actualidad hasta la PC más modesta es capaz de hacer en un segundo lo que a nosotros nos llevaría mil quinientos años. El poder de los procesos de computación, ya conocidos, nos lleva hacia el equivalente humano de la inteligencia artificial antes del 2040, con máquinas inteligentes capaces de rediseñarse a sí mismas desarrollando una superinteligencia con capacidades cognitivas miles de veces más veloces en su respuesta que las del ser humano. Al mismo tiempo, debido a que la comunicación es la base de toda interacción social, y permite transmitir la información, ya se distingue el riesgo de producir una sociedad de la ignorancia, del desconocimiento o de la incultura (como indistintamente se la denomina). En algunos casos, por falta de recursos, y otros, por su presencia y a través de la infoxicación. Se trata de un exceso de información que dificulta discernir entre lo importante y lo superfluo, con saberes o conocimientos parciales que alteran o eliminan la reflexión sobre nosotros mismos, los otros y el mundo. Esto lleva progresivamente a una mayor bifurcación o división de la especie humana, la “culta” y la “inculta”, según los nuevos valores del conocimiento.

 

 

De esta manera, nuestra mente, por primera vez en la historia, será una fuerza productiva directa por sí misma, y no únicamente un elemento decisivo del sistema de producción. En la carrera por la búsqueda del conocimiento en los archivos del universo puede ocurrir la serendipia, es decir, los hallazgos afortunados e inesperados que pueden modificar el curso de la historia. Esta posibilidad casual debe agregarse como factor accidental y hacedor del futuro inmediato. En definitiva, el humano, con los avances de la ciencia y la técnica, podrá arriesgadamente transformarse en un “no-humano” o “sobrehumano”, como los mutantes y los cíborgs de la ciencia ficción. Recordemos que el término cíborg es un acrónimo de Cyber = cibernético y Org = organismo, y significa una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos electrónicos.

 

 

Cuando ello ocurra la época del transhumanismo se habrá instalado en la sociedad. Como vemos, estamos en presencia de nuevos paradigmas biotecnológicos que, por un lado, marcan desafíos para el siglo XXI, una intervención de la ciencia signada por un avance que puede llevar al hombre a una deshumanización, y por otro lado, una biotecnología al servicio de la esencia humana para potenciarla y conducirla a su máxima expresión. Los desafíos de estos paradigmas serán respetuosos de una antropología humana si suponen la presencia de principios morales y contenidos científicos en el marco de una completa formación, que comprenda los valores éticos y la dimensión de servicio.

 

 

En ese contexto, se instalan tres ideas o hipótesis: a) el poshumanismo (prefijo latín: pos = detrás de, después de, seguido de) que implica la futura desaparición de la especie como hoy la entendemos; b) el plushumanismo (prefijo griego: plus = más), en el sentido de que evolucionamos hacia un hombre distinto y superior; y c) el transhumanismo (prefijo latín: trans = más allá de, al otro lado, que atraviesa). Creemos que este último es el próximo y que pronto estaremos transitando. El ser humano se transformaría con algunas capacidades físicas y psíquicas superiores a las del humano actual. El biólogo Julián Huxley (1887-1975), en un artículo escrito en 1957 acuñó el término “transhumanismo”, razón por la que algunos lo consideran como su fundador y lo veía como algo posible. Estos tres términos pueden ser explicados desde distintos enfoques: científico o biomédico, filosófico, sociológico, cultural o artístico, político, etc. Por ello hay diversidad en sus significados que generan confusión en su utilización. Este artículo plantea el primer enfoque.

 

 

Conclusiones

El mundo, debido a los múltiples avances científicos y técnicos, está transitando caminos nuevos, distintos a los conocidos, y colisiona con los tradicionales valores esenciales de la existencia humana que prevalecían en el humanismo. Parece que se inicia una nueva época: el transhumanismo, que – en muchos aspectos– nos desafía con la instalación de una cultura y, en definitiva, de un estilo de vida nuevos desde el punto de vista científico, ético, religioso, legal y político. Es necesario, para transitar esta etapa, pensar en una construcción de sociedades con plena participación de los pueblos, en condiciones de igualdad para que todos puedan crear, utilizar y compartir los cimientos del conocimiento en total libertad, pero con responsabilidad. En esta nueva época, el progreso, el bienestar y la calidad de vida de los pueblos no dependen tanto de las riquezas naturales que poseen, sino del desarrollo sociocultural de sus recursos humanos junto con la conservación del medioambiente.

 

 

De esta manera, cada “ciudadano del mundo” debe ser partícipe activo en la construcción de esta sociedad, dependiendo de su formación intelectual y espiritual. No hay duda de que el conocimiento nos hace verdaderamente humanos, y este fenómeno irónicamente puede ponerle límites éticos y morales al avance del arriesgado transhumanismo. Sin embargo, en el mundo actual, con grandes desigualdades sociales y económicas, con países agrupados en el Primer y el Tercer Mundo –donde ya existe una marcada brecha cultural e intelectual– es difícil imaginarse cómo se instalará en la vida cotidiana de las personas esta era global y esta época del transhumanismo. Posiblemente llegue primero a los países más desarrollados y se constituya allí como una prueba piloto de la nueva humanidad. ¿O será otra diferencia más entre el Primer y el Tercer Mundo? ¿Será este un nuevo dilema ético que deberá afrontar la humanidad? ¿O deberemos salir de los “infiernos” que la humanidad ha creado (recordando a Dante) y analizar con otros enfoques nuestra existencia y aporte en la Tierra? Hace unos años todo nos parecía ciencia ficción y hoy ya se va acercando a la realidad. Los sucesos imaginados se están produciendo ahora. La pregunta que aún no tiene respuesta es si estamos transitando una época de cambios o un cambio de época, e incluso de era. Nosotros creemos que la era global ya se ha iniciado. Generalmente, los científicos filosofamos sin saberlo y tal vez deberíamos mirar más al pasado para razonar e imaginar nuestro futuro con más precisión.

 

 

El fenómeno del transhumanismo puede entenderse en sentido estricto como el inicio de la desaparición del ser humano y de la humanidad tal como los conocemos y entendemos hoy. Por ese camino el ser humano llegará irremediablemente a su fin. El hombre, criatura tan enigmática, es capaz de autodestruirse, como lo ha demostrado en varias oportunidades a lo largo de la historia, al contrario de las especies animales que tienen un instinto nato de supervivencia. Sin embargo, la mayor fuerza del transhumanismo es –paradójicamente– el humanismo al que quiere reemplazar a través del avance tecnológico. Solo algunos intelectuales han alertado sobre esta dualidad: tecnología versus humanismo. Hay que avanzar con mucho cuidado y ser capaces de reaccionar frente a los excesos en la medida que se presentan. Visto de esta manera, puede considerarse un inminente desafío para el hombre. Aún hay mucho para investigar, analizar y meditar.

 

 

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